En días de Diciembre es muy común escuchar de regalos, de
la llegada de Santa Claus (Papá Noel, San Nicolás, etc.,), y aun desacuerdos
sobre si hablar de él, su imagen o mencionar su nombre es correcto (insignificante)
y aun más radical es señalar que Santa Claus es una idea pagana.
Pero ¿Quien es el verdadero Santa?
Mientras
a personas no creyentes no les importa detalles del argumento, existen muchas
personas creyentes que se perturban al escuchar el nombre de “Santa” por que
este personaje no “encaja con sus creencias”, está muy comercializado, pero la
explicación más común es que la tradición o idea de Santa no es bíblica.
He
escuchado varias teorías sobre el origen de Santa, desde que es parte de una fiesta nórdica y vive en el Polo Norte y que viaja en Navidad
volando en su trineo jalado por venados y reparte juguetes a niños.
Obviamente esta idea no es real, sin embargo, la historia
de Santa Claus está basada en la vida de un gran cristiano llamado San Nicolás.
El Obispo Nicolás
de Bari, nació en Patara, en la región de Licia (actualmente dentro del
territorio de Turquía) en el año 270
d.C., de una familia adinerada y desde niño se destacó por su carácter
piadoso y generoso. Sus padres fueron fervorosos cristianos, quienes lo
educaron en el Evangelio.
Después de la muerte de sus padres; Nicolás
heredó la fortuna de la familia, la que puso al servicio de los pobres.
Nicolás participó en el Concilio de Nicea celebrado en el año 325 d.C., esta fue la asamblea
donde se estableció la Iglesia Católica
después de que el imperio romano promulgó el Edicto de Milán en 313 d.C.,
este abolió la persecución del Cristianismo. [
San
Nicolás, conocido también como Papá
Noel, fue un obispo de origen griego llamado Nicolás de Bari, un gran Evangelizador y uno de los cristianos más influyentes de la Iglesia
primitiva.
El
San Nicolás Moderno
La
historia de San Nicolás ha tenido un sin fin de
variantes durante los siglos, y en cada país se le ha agregado elementos y
tradiciones que no tienen nada de relación con el obispo Nicolás de Bari, entre estas se encuentra la leyenda más
popular y basada en su persona llamado Santa
Claus, también conocido como Papá
Noel, Viejito Pascuero, Santa, etc.
La historia del “Santa Claus” moderno fue
creada en el año de 1809 por Washington Irving, quien escribió “Historia
de Nueva York”, un cuento en la que deformó la palabra holandesa Sinter klaas (San Nicolás), en una
pronunciación angloparlante que resultó en Santa
Claus.
Según la leyenda, Santa Claus vive en el Polo
Norte junto a su esposa; la Señora
Claus, acompañados de duendes que le ayudan a fabricar los juguetes que le
piden los niños a través de cartas. En
Navidad, Santa Claus pone los regalos
en un saco y se transporta por los aires en un trineo tirado por renos, para
poder entregar regalos a los niños que se han portado bien durante el año.
¿Es
Santa Claus “Satanás”?
“Santa Claus es satánico”, es
increíblemente la acusación que se le hace a este personaje, que aunque
ficticio, está basado en un gran ejemplo cristiano, tristemente esta
incriminación no procede de ateos ni personas que rechazan el Evangelio; sino
de religiosos quienes en general opinan así por su limitado conocimiento histórico de la misma Fe Cristiana.
Según estos religiosos entre el nacimiento de
Jesús y el presente siglo “no ha habido
historia” y como Nicolás no se
menciona en la Biblia, es por
consiguiente “pagano”, otros con
tendencias religiosas más radicales y hasta cierto punto ridículas, proponen que Santa es satánico porque ese nombre
Santa “al reverso” es Satán.
En este contexto;
¿Significa esto que la “Santa” Biblia es satánica también?
Por otro lado, algunos señalan que Santa Claus es un producto al servicio
del consumismo, y que se está volviendo una festividad “reducida a un simple comercio y compra de regalos", lo que
hasta cierto punto es verdad.
Otras personas nacionalistas en países no
cristianos se quejan señalando que la importación de la “tradición de Santa” erosiona las bases de las religiones locales y
nacionales, como en India, China, Japón, y otros países asiáticos.
Lamentablemente muchos
creyentes erróneamente opinan que es su responsabilidad criticar o reprochan a
otras personas porque “ellos sí están en la fe”, aunque en ninguna parte en
la Biblia se les instruye de esto (NT Mateo 7:1), mucho menos si estos
creyentes no saber el origen o historia de muchas de estas creencias o
costumbres; sólo
conocen hasta donde su grupo religioso les ha implantado en la mente.